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Del Hombre, Su Color, Su Sonido y Su Muerte – Leopoldo Marechal

Se lee en 2.6 minutos

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Un día como el de hoy, en 1900, nacía en Buenos Aires el poeta, dramaturgo, ensayista y novelista argentino Leopoldo Marechal. Fue maestro y profesor de enseñanza secundaria y formó parte de la generación que giró en torno de la revista Martín Fierro. Su poesía fue relegada al olvido durante dos décadas, debido a sus enfrentamientos con compañeros de su generación cuando ocupaba cargos oficiales. En 1926 viajó por primera vez a Europa, donde trabó amistad con importantes intelectuales y pintores españoles y franceses. En 1930, nuevamente en París, escribió los capítulos iniciales de «Adán Buenosayres». A su primer libro de poemas, «Los Aguiluchos» 1922 le siguieron: «Días como flechas» 1926, «Odas para el hombre y la mujer» 1929, «Laberinto de amor» 1936, «Cinco poemas australes» 1937, «El Centauro» 1940, «Cantos a Sophía» en 1940, «Canto de San Martín» 1950, «Heptamerón» 1966, «El poema de Robot» 1966 y el «Poema de la Física» (recuperado póstumamente). Al fallecer en 1970, estaba escribiendo la novela «El empresario del caos».

Fue uno de los autores que me inspiró desde muy joven a inclinarme por la poesía y aquí lo evoco con el primer poema que me impresionó:

Del hombre, su color, su sonido y su muerte

Nuestros idiomas en guerra
son alabanza del día.
El día nuevo tiene la forma de un vaso:
pide colmarse de nuestra música.
Somos ligeros
y en nuestro baile no se fatiga la tierra;
vamos unidos, alta mazorca de humos.

Aventamos palabras
en los caminos de la mujer y del hombre:
y arrecia la mujer igual que un viento.
«Puras conversan las armas
a mediodía -dijimos-:
nunca segaron del todo la mies.»

Y nuestra sangre al sol
es la rosa más roja…

Sonido de hombre, color de hombre,
¡arraiguemos ese poder en el día!
El día nuevo tiene la forma de un vaso:
pide colmarse de nuestro color.

Pero decimos al fin:
«Color extranjero somos,
y se ha demorado el pie
junto a la tierra y su baile.
Manos de segador alzaba el tiempo:
somos un humo que busca la patria del humo».

Así cantamos al fin,
y es alabanza del día.
El día nuevo tiene la forma de un vaso:
pide colmarse
de nuestra muerte.

(De «Odas para el hombre y la mujer», 1929)

Mas información sobre Leopoldo Marechal:
– Fundación Leopoldo Marechal
– Biografía completa y estudios



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Publicado enPoesía Universal

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