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Latinolate

Avellanas

Siempre hay flores para el que desea verlas”
Henri Matisse

Hasta el punto cruz de la leyenda no supe de ti,
tejiendo estaba indecisiones,
desayunos de historias y luchas vagas,
profanos encierros en la torre de marfil,
era un bólido fugaz en la ignorancia argenta del ayer,
como ese vaivén de la vida que no tiene noción de ser.

Buscaba flores y primaveras en el éter interior,
fluía versos y medraba,
baúles de letras y sentires repletos,
corazones clamaban inciensos de voces,
era un indispensable para mi propia cotidianidad de arenas,
como el agua roja que fluye y calienta las venas.

Flor de mburucuyá

A la Luz Que Me Cegó

“Vivir, simplemente, no es suficiente…
uno debe tener sol, libertad y una pequeña flor.”
Hans Christian Andersen

Deja que te enuncie flor de mburucuyá,
leyenda y compleja, magnífica y única,
místico embrujo de mi coma umbilical,
solemne de pasión y fragancia abocada
en el día complaciente de la patria.

Deja que te plante en la barranca íntima
de mis deseos verborrágicos faltantes
para subir la cuesta que te acerca inviable
al flabelo de tu tirana alegría cargante,
como un desafío de ángel y demonio.

Zamba para no dejarte alejar

Cuaja la noche en las hojas
del aguacero que cae,
se abre el cielo en el río
tu cristalino mirar.

Marca la yerra tu nombre
para el susurro enlazar,
cuerdas alumbran tu voz
tu voz de polen y sal.

Quemamos el mismo palo
como la yerba al tostar,
el mate me une a tu alma
y hace mis sueños sonar.

Te voy haciendo de estrellas
la noche no pasa más,
te voy tejiendo en el cielo
y tu no sabes mi andar,
cuezo bordonas y zambas
para no dejarte alejar.