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Publicaciones exclusivas para miembros de «Rincón del Tojoral»

Estancia «El Caburé»

Hace un tiempo, un sobrino veterinario que trabaja en una estancia como encar­gado de caballos y ganado bovino, me había invitado a pasar el fin de semana adu­ciendo que los dueños se iban de viaje, que podríamos estar juntos, pescar en el arroyo Las Garzas, ponernos al día, comernos un buen asado, que le habían dado permiso y que la peonada extrañaba mi cara, pero sobre todo mis cuentos.

La gran propiedad aún existe, está hacia el oeste de Tres Nudos, a unos 40 km. Se llega desviándose de la ruta 21 a la altura del kilómetro 195, tomando un camino vecinal de tierra sin identificación y bastante complicado porque atraviesa un par de bañados que mantienen algunas partes con barro permanente.

 Fui despacio, disfrutando conducir, tomándome el viaje como un paseo distendi­do, llegué casi al anochecer. Mi sobrino me esperaba en la tranquera y al ver vehículo la abrió para que ingresara. Al bajar, nos fundimos en un cariñoso y efusi­vo abrazo mientras me daba la bienvenida y agradecía mi vista.

Tenerte

Como esos faros olvidados
en la isla rocosa de mi alma
flamea y alumbra con arte la fe,
un quejido de rápida marea turbia
corteja el devenir del pasado,
la sal de esta agua sedienta
trae del horizonte tu voz,
derrumba y retumba
esta pared interior,
campana antigua fortaleza
del pasto naciente de mi ser.

El amor no existe

Me enamoré del imposible silencio de la belleza,
del letargo sonoro de esa vista interior,
un paisaje de veredas y calles a descubrir

Me enamoré de todo y de todos,
del canto de tu vida y de tu muerte,
la paz de ahora,
la guerra de mañana,
la alegría pasajera,
la eterna angustia diáfana.