Saltar al contenido

Tojoral

«Tojoral» es el título de un libro que estoy redactando y que reúne la genealogía de mi apellido Tuyaré, la historia de muchos de los familiares que la componen y también referencias importantes de lugares históricos de Colón y sus alrededores.

Tojoral no está en Google

El libro en redacción donde escribo acerca de la genealogía de mi apellido –y de otros– y gran parte de la historia de mi familia se llama «Tojoral». Imagino que más de uno ha buscado el término en Google para entender su significado y solo han dado con la marca de un expectorante paraguayo quedando desconcertados y no entendiendo nada. Y no es para menos, ¿qué tiene que ver un expectorante con un libro que habla de historias familiares? La respuesta es nada y paso a explicar el por qué del título.

En los albores de mis investigaciones acerca del apellido «Tuyaré» me registré en la lista de correos de un sitio que ya no existe más y que se llamaba «Euskosare.org». El portal reunía a vascos de todo el mundo a través de una monumental «mailing list» con miles de usuarios, pero además tenía un foro, una bolsa de trabajo y una cantidad ingente de contenido relativo a Euskadi, el País Vasco; reunía las comunidades vascas mundiales, era muy completo. Desde hace unos años existe un sitio muy interesante de estudios vascos llamado Eusko Ikaskuntza.

Brumas de la genealogía

Recuerdo vagamente el momento en que decidí investigar sobre mi ascendencia, el por qué de mi apellido, de dónde venía… ¿es vasco? ¿es francés? ¿es vasco-francés?, etc. Tendría, por entonces 15, 16 o 17 años, no más edad que esa porque cursaba la escuela secundaria, la tecnicatura en administración de empresas en la E.N.E.T. N° 2 «Canónigo Narciso Goiburu»; en la introducción de «Tojoral»1 cuento sobre éste impetu inicial con sobrados detalles.

El comienzo de esta ardua tarea de genealogista amateur tiene ribetes que acobardan a más de uno. Conozco gente que empieza, investiga uno o dos años y luego, como se le complican las pistas, se acobarda y tira todo por la borda. La perserverancia, la paciencia, la amplitud de mente, el hambre de conocimiento y estudio, la sociabilización y la imaginación juegan un papel decisivo, sino estas dispuesto a prepararte con todo esto, sino eres capaz de esperar mucho tiempo, incluso años, hasta lograr algo, entonces no es una actividad para ti.

Ruinas digitales

(extracto de “Tojoral, Los Tuyaré(et), una historia familiar y algo más”, por Miguel Díaz Tuyaret)

Una de las actividades más apasionantes al estudiar la historia familiar es ver fotografías antiguas, no solo por el placer que da repasar viejos tiempos sino porque constituye, en más de una ocasión, un trabajo detectivesco, sobre todo cuando la antigüedad de la foto es tal que no permite determinar ni los que aparecen en la imagen ni la fecha en que fue tomada.

Hace muchos años me topé con este problema cuando recibí en herencia y de manos de mi madre, una caja de zapatos cerrada y atada con cinta de raso que había pertenecido a mi tía abuela Celeste. Adentro de ese arcón de recuerdos, entre otras tantas cosas, había dos fotografías impresas sobre una especie de cartón duro donde aparecían dos personas sentadas atrás de una mesa y una tercera sentada delante, de costado, todas caras desconocidas para mi.