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Cuentacuentos

Recopilación de cuentos que fueron publicados en secciones culturales de varios diarios y revistas y que coleccioné durante más de 10 años.

Vida Nueva – Antonio Dal Masetto

Hace varias semanas que Juan José Dominici, el vecino de la mitad de cuadra, anunció cambios fundamentales en su vida. En realidad, la gran renovación debió empezar exactamente el primero de enero. Por una razón o por otra se fue postergando y transcurrieron algunas semanas. Pero todo llega y esta mañana, poco antes de las doce, Juan José Dominici abre las ventanas que dan a la calle y anuncia: Hoy es el día. Algunos vecinos se arriman y espían para adentro. Después se les unen unas mujeres que se dirigen o regresan del mercado. Juan José Dominici entra en acción. Va, viene, medita en voz alta, de tanto en tanto se detiene y dedica a los presentes un breve y apasionado discurso: Miren todo esto, acá hace falta una depuración, estoy escandalizado por tanta superficialidad, ¿cómo pude vivir así hasta el día de hoy? Se frota las manos, piensa en el futuro, asegura que de ahora en adelante tratará de aprovechar cada minuto, cada oportunidad, se esforzará por mantener las ideas claras, por no dispersarse. Sentencia: Evitar hacer cosas inútiles, evitar diluirse en actividades que no sean creativas y placenteras. Todo debe tener su orden, su ritmo, su equilibrio. Dice: Hasta mi alimentación debe cambiar. Evidentemente se siente satisfecho con tantas buenas intenciones. Hace un par de flexiones para demostrarse y demostrar a los demás su óptimo estado físico. Explica: Esta es otra de las cuestiones que no debo descuidar: un poco de ejercicio todas las mañanas. Nunca más cigarrillos, nunca más alcohol. Mientras tanto, afuera, los expectadores aumentan.

Anoche se le dio por soñar – Ricardo Maneiro

LA MAÑANA

Siete y diez

Mientras su mamá prepara la mamadera, usted se va a ir despertando, negrito culo sucio; la estufa ya está prendida, la radio también, así se despierta con música. Su padre se fue al trabajo hace un rato y aunque en la casa no queda un peso se fue contento por algo que todavía no sé, pero que me lo va a contar cuando vuelva. Hoy cobra la quincena, la quincena chica, pero algo es algo. Vamos a ver qué es lo que me tiene que contar. Su padre no se pone contento de gusto, no lo joden fácil por suerte. Vamos a ver. Vamos a ver si se despierta; qué quiere, que me la tome yo, eso es lo que quiere. Ah, no le gusta, despiértese entonces. Muy bien, ya no extraña más la teta, sinvergüenza, todos los hombres son iguales. La culpa la tiene el doctor de la salita, los doctores sirven para joder. Pero debe tener razón. Está bien. El día va a estar lindo, hoy va a ser un día importante, vamos a ver qué dice tu padre. Ahora no puedo, dijo antes salir, se me va a hacer tarde y le pegó una chupada fuerte al mate, hasta que el gallo dejó de cantar; después te voy a contar, dijo; los ojos se le reían solos. Semejante chupada le dio al mate que lo arruinó y se fue. Tuve que cambiar la yerba, por suerte queda bastante, va a alcanzar para todo el día y más también, esta tarde voy a tener que hacer unas cuantas compras, casi no queda nada, vamos a ver: fideos hay un paquete, pero hay que comprar lo mismo, margarina casi no queda nada, azúcar hay bastante y leche en polvo un tarro sin abrir, me parece que en esta casa hay uno que tiene coronita, qué bonito, eh. Qué sé yo, después no queda casi nada. Pero esta tarde vamos a tener de todo. El querosén se va a acabar dentro de un rato. Tu padre va a tener que ir a buscar.