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Canciones Eternas

«La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio» (Víctor Hugo)

Eterna Risa – Bruno Arias

Esta hermosa canción compuesta por Diego Petrelli y Bruno Arias pertenece al álbum homónimo que fue lanzado en el 2019 en plena pandemia por lo que tuvo poca difusión. Tal como dice el mismo Bruno Arias, la letra de «Eterna risa» es un homenaje a las mujeres que luchan y tienen ideales, maestras, desaparecidas, amiga, hermana, las que luchan contra la violencia de género, las que contienen a los que más necesita, esa que se fue pero que dejó su militancia».

Llora la tarde
Fuego de enero
Sangran mi pecho
Guitarras que enmudecieron

Como una estrella
Fugaz del cielo
Se fue tu duende
Buscando lo que no encuentro

Niña de Ñangapirí

«Niña de ñangapirí» es una de mis letras favoritas, un chamamé litoraleño inmortalizado por la voz de Julio Tomás Cáceres de «Los de Imaguaré» . Fue escrita por el sacerdote, poeta, autor y compositor Julián Gerónimo Zini (1939-2020) y su música fue compuesta por Ricardo «Tito» Gómez (1951-2019). 

Pueden leer la divertida historia sobre la composición musical de esta canción y contada por el propio Tito accediendo a este enlace.

La canción me retrotrae a una época de mi infancia en donde disfrutábamos comiendo cuanto fruto silvestre encontrábamos: nísperos, moras, «huevitos de gallo«, hinojo y las deliciosas «pitangas» (ñangapirí es una voz guaraní que alude a dicha planta, también conocida como «capulí» o «cereza de Cayena»).

Niña de Ñangapirí (letra: Julián Zini, música: Tito Gómez)

Hoy anduve por el monte de mis años inocentes
pellizcando la dulzura, roja del ñangapirí
y un noviembre de hace mucho, se estrujó contra mis dientes
y sangró un bello recuerdo, de mi tiempo cunumí
yo era chico todavía, gurisito cabezudo
que aprendió a robarle al monte , su dulzor primaveral
y esa siesta entre zorzales, fui pombero corajudo
cuando te cambié un puñado, por un beso te acordás.

Elegías – Tamara Castro

Todos sabemos que hay cantores que dejan huellas en el alma que no se borran nunca más. Pero, cuando esas huellas son cortadas por la fatalidad, justo cuando la traza del camino iba directo a nuestro corazón, pareciera que tienen un sentido diferente ya que queda un ansia de amor inconmensurable plasmado en un bello y perenne recuerdo que a cada momento nos convoca. Y esa es Tamara, un páramo de sueños, un remanso que nos aclara la memoria cuando su voz nos tiembla en el corazón dejándonos ese incomprendido resentimiento de la muerte, cuando deja repitiendo canciones hasta hacerlas tan nuestras que se convierten en una mixtura espiritual difícil de entender.

Tamara Castro había nacido en Ensenada, provincia de Buenos Aires, un 4 de diciembre de 1972 y se volvió cuerda eterna un 8 de diciembre de 2006. Leer más en Wikipedia y el artículo sobre el accidente en Página 12.

Aquí voy a rescatar la letra de la canción «Elegías» de su último disco titulado «Vital» por la sencilla razón de que no encontré la letra en la web. Tiene un texto de compromiso social y su música tiene aires de joropo venezolano-colombiano por lo que nos hermana y se convierte en latinoamericana por si.

Los invito a escucharla más en Youtube o revuelvan el éter, es un viaje sin retorno al folklore argentino.

ELEGÍAS

Ay mi tierra…

Hoy le cantaré a mi tierra
al lugar donde nací
con el alma agradecida
por lo que de allá aprendí.
Si mi pueblo está en mi canto
y mi canto es su latir
cómo no he de agradecerte
si cantando soy feliz.