«En la distancia los argentinos siempre andamos buscando un detalle de nuestro país que podamos exhibir como único y exclusivo y que cause asombro. O tenemos la avenida más ancha del mundo o la más larga o la mejor carne o los mejores campos. Esto me recuerda el comentario de un pobre pelagatos que un día estaba tomando un café en un bar en el que habían varios reconocidos hacendados de la zona y de pronto comenzó a llover copiosamente y el personaje en cuestión dijo en voz alta para que todos le oyera:” Mirá nomás que lluvia me pierdo, por no tener campo”. Pienso que esto responde a una vocación de protagonismo que está de tal manera arraigada en nuestro ser que somos incapaces de despojarnos de ella, sin comprender que hacerlo significaría obtener una mayor libertad de acción sin ningún tipo de condicionamientos. Para componer esta canción de amor para mi patria, he tratado de asirme al más profundo sentido de la humildad que puedan reconocer mis sentidos, sin perder de vista por supuesto el espíritu de crítica que exigen mis principios éticos. Cuando escribí esta canción, pensé que sería maravilloso escucharla un día en la voz de Mercedes Sosa. Se la hice llegar y no tuve respuesta y un día actuando juntos en Colombia la canté y cuando bajé del escenario me la encontré a Mercedes sollozando emocionada. Algún tiempo después recibí un disco en donde la gran señora de la canción argentina cantaba como una calandria esta mi “Canción de amor para mi patria” (Alberto Cortez, Sitio Oficial)
¿Será porque me dueles?
¿Será porque te quiero?
¿Será porque estoy seguro que puedes
llenarme de palomas el cielo?
¿Será porque quisiera que vueles
que sigue siendo tuyo mi vuelo?
¿Será que estás en celo
velando la alborada,
o acaso acumulando desvelos
por dudas largamente acunadas?
Tan sólo se levanta del suelo
el que del todo extiende sus alas.
¿Será que ya no quieres
sufrir más desengaños
que vives levantando paredes
por miedo a que la luz te haga daño?
Si ya no vienen llenas tus redes;
tampoco hay mal que dure cien años.
Quizás en apariencias
te alejas o me alejo,
el caso es que sufrimos de ausencia
con un dolor ambiguo y parejo.
Amor no significa querencia,
también se puede amar desde lejos.
Amada mía, querida mía,
Ay, Patria mía.
De tumbo en tumbo,
se pierde el rumbo de la alegría.
¡Vamos arriba!
que no se diga que estás llorando;
que tus heridas
mal avenidas se irán curando.
Defiende tu derecho a la vida
y juntos seguiremos andando.
Colaboración a voluntad – No es obligatoria.
(¿por y para qué colaborar? Leer aquí)
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