Saltar al contenido

Los angelitos negros

Se lee en 3.21 minutos

Loading

Andrés Eloy Blanco fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano cuya obra está signada por un fuerte sentido social, tal como lo demuestra su famoso poema «Los Angelitos Negros». Esta poesía ha sido adaptada, musicalizada y cantada por innumerable cantidad de artistas de diferentes países entre los que se destacan: Pedro Infante, Roberta Flack, Antonio Machín, Nana Mouskouri, Niña Pastori, Celia Cruz, Lola Flores, Javier Solís, Julia Zenko, Imelda Miller, Emilio Solo, Chavela Vargas, etc. (leer más sobre Andrés Eloy Blanco en Wikipedia).

Personalmente conocí la canción -luego la poesía y gran parte de la obra de Andrés- gracias a un grupo homónimo chileno: «Los Angeles Negros«. Luego por «Los Pasteles Verdes» de Argentina quienes la convirtieron en un éxito por estos lares. Ambos grupos musicales la interpretaban muy escuetamente, en forma de bolero, quizás dejando de lado la parte más artística de la obra cual es la conformación de los versos con sus figuras poéticas que le dan un sentido más complejo, exquisito y social, un poco menos romántico acaso más profundo.

Tal vez la mejor versión musical de esta excelsa obra sea para mi la que hicieron «Los Olimareños«, un grupo folclórico uruguayo que le puso un tinte más enraizado con la cultura venezolana convirtiéndolo en un joropo.

Aquí les dejo la letra completa y debajo un video grabado en el Festival de Cosquin donde la interpretan Los Olimareños.

Los Angelitos Negros

¡Ah mundo! La Negra Juana,
¡la mano que le pasó!
Se le murió su negrito,
sí señor.

—Ay, compadrito del alma,
¡tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le acataba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendrá dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del Cielo.

—Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.
Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.

Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay pintor que pintara
angelitos de mi pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo.

Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.

Si al cielo voy algún día,
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafín cucurusero.

Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
Y entonces, ¿adónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?

Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo
y al lado del ángel rubio
y junto al ángel trigueño,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

Imagen Principal: «El Niño Jesús con ángeles músicos”, de Juan Correa, Museo Nacional de Arte de México


Invitame un café en cafecito.app
Donar por Mercado de Pago
Donar por PayPal

Compártelo!!!
Publicado enCanciones Eternas

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *