Este recorte de la revista Acción1, que encontré entre mis archivos diariorevisteros de antaño, tiene un halo de nostalgia especial porque me trae al presente una de las primeras novelas modernas -por así decirlo- que leí cuando había tomado el hábito adolescente de ser un autómata repasador de libros; había dejado de lado la TV como si el aparato tuviese alguna peste. Aquel libro se titulaba «Un día perfecto» y el autor es Rodolfo Rabanal.

Venía de leer tanto libro de acción o aventuras que encontrarme con esta historia de amor fue el principio de una derivación de lecturas que amplió el horizonte y me trajo otros autores diversos que cultivan esa narrativa. Tal vez la doble lectura y el golpazo en el pecho con este tipo de lecturas me lo di por primera vez con «El puente hacia el infinito» de Richard Bach, pero solo es un «tal vez»… mi adolescencia fue de tanto texto y poesía que todo se vuelve confuso.
Lo cierto es que no tengo este libro que menciono porque, en aquellas épocas, comprar un libro era casi prohibitivo. Todos los libros que leía eran prestados de amigos o parientes y otros los retiraba de la Biblioteca Fiat Lux donde mis padres eran socios. Ya lo leeré otra vez, y lo recomiendo con la vehemencia de aquel al que le quedaron resabios de un sabor dulce de lectura.
Aquí les dejo una lectura breve, se trata de un cuento de Rodolfo titulado «Sarah».