Este texto fue publicado en la misma revista que mencioné en el post anterior. Deja en claro la consideración hacia el sexo femenino que se tenía en aquella lejana época pasada.
Advertencias al lector: la transcripción es literal. Lo que para nosotros serían hoy errores ortográficos, no lo eran antes. Lo mismo ocurre con lo signos de puntuación, con la separación entre el texto y ellos, no son errores, seguían otras reglas, similar a la de los franceses.
Buenos Aires, 31 de marzo de 1838
VENTAJAS DE LAS FEAS.
La fortuna de la fea
La bonita la desea
Voy á tocar un punto, Sres. L.E., tan delicado, tan espinoso que no tiene un solo lado por donde abordarlo que no presente graves dificultades.
Es un caballo de Frisia, es un puerco espin, es un demonio en cuerpo y alma el tal asunto, pues aunque voy á tratarlo con la mayor dulzura, no dejaria por eso de acarrearme disgustos, si las personas interesadas en él, pudiesen saber quien soy. Pero afortunadamente Vd., Sra, Moda, es una famosa tapadera, y bajo la promesa que Vd. me ha hecho de ocultar mi nombre, le diré (acá para entre Nos) que voy á hablar de las feas, es decír, de las señoras y señoritas feas, es decir, de las que no son lindas, ni hermosas, ni bonitas. Mas no crea Vd. que me propongo reconvenirlas por su fealdad, pues yo supongo que ellas no tienen la culpa de tener este defeto y que si se dejase á su eleccion el nacer lindas, todas serian unos ángeles.
Para proporcionarlas désquite les diré que yo tambien soy bastante feo, y lo que es peor todavia, viejo ; asi la fea que se enoje (aunque no espero que esto suceda) podrá decirme —perro viejo feo, y yo me quedaré muy horondo, Pero vamos al caso.