No me bajo de esta aseveración y tengo una catarata de argumentos para defenderla. Una cosa es saber la esencia de las cosas o buscarla, tender hacia la sabiduría etérea del ser, poner el alma, corazón y vida en cada uno de los desarrollos, tal como sucede con los pintores, músicos, escultores, actores y artistas en general. Otra cosa es atarse a patrones de ingeniería para conseguir un objetivo establecido siguiendo lineamientos ya escritos y probos. Lo primero es puro arte, lo segundo es pura ingeniería. A mi me gusta el arte, la inmersión en las profundidad del todo.
Por otro lado, tanto la programación como el arte son descubrimientos. Cuando escribo una poesía siempre descubro algo, cuando tomo la guitarra entre mis brazos cual si fuese la amada añorada y empiezo a rasgar sus cuerdas descubro sonidos nuevos. Del mismo modo, cuando un pintor, un escultor u otro artista termina su obra, la mira y ve que algo se ha develado hacia el universo, hay algo más que solo materiales y útiles, algo que tiene vida propia.